sábado, 9 de abril de 2011

Rusia Bar trip. Parte 1.

Al llegar a la estación internacional de trenes en Moscú, desde San Petersburgo, no halle ningún centro de información turística, ni mapas,ni siquiera alguien que hable ingles (o por lo menos alguien que hable el ingles que yo hablo,que no es ni el americano, ni el brithish, si no el indish). Todo este faltante de comunicación y orientación me hicieron pensar que podría llegar a ser muy difícil conocer buenos bares en Rusia.
Tras un largo camino a pie, con una tormenta de nieve, a una temperatura de -17° y una hermosa y gigantesca valija de 35 kilos de cocteleras, cruzamos 40 cuadras hasta el hostel, todo gracias a no tener mapa y miedo de errarle a las estaciones,
recordemos que el abecedario de la lengua Rusa no es como el que utilizamos nosotros, por ejemplo: Кафе "Мечта" ,bar que regenta Alexander Kan brand ambassador de Absolut, esta ubicado en la calle Садовническая улица, 84с3-7, eeeeee!!!!!!!!!! Ponele, que con mucha ayuda y suerte me cruce con esa calle,COMO ENCUENTRO LA ALTURA???!!! 84c3-7 hasta para Indiana Johns es difícil.
Caminante no hay camino, camino hacen las rueditas de la valija sobre los 15cm de nieve al andar, hasta la puerta del hostel reservado por internet, desde Finlandia. En la descripción de la web que enumeraba los serviciosfigura: Excelente ubicación, personal de habla inglesa, ambiente familiar, comodidad, etc. La realidad: Un departamento de 3 habientes en un edificio echo pelota, con humedad hasta en el piso, sin ascensor, apenas una angosta escalera caracol que conduce al “palacio” en el 4° piso. Al entrar el personal con dominio de ingles, le pide a Martin que deje de hablar en “Ingles Americano” porque el solo “domina” el “British Inglish”. Tras unos 25 minutos de discusión por señas sobre si la habitación ya había sido pagada o no por internet, nos dan la llave a nuestra pieza, un cuarto echo con paredes de durlock para sub dividir una ambiente, sin ventanas y un hermoso empapelado animal print de leopardo.
Con la esperanza de que a la vuelta encontremos nuestros equipajes intactos, nos dispusimos a conocer algunos bares de la mano de un bartender local, Denis Pankratov, a quien conocimos en Finlandia, representando a Rusia en la gran final. Den nos paso la dirección (si otra vez la búsqueda del tesoro) de su bar. Casi como si fuese una maldición, ¿Adivinen como se llama el bar? “Secret bar”!!!! puede ser de dios, encima de que son complicadas de encontrar las direcciones, ¿como encuentro un bar secreto? sumemos a que afuera hay -18°, no es muy agradable andar dando vueltas. Tras muchas cuadras caminadas de mas, encontramos el “vecindario” (una especie de mini patio como el del chavo del ocho) donde se halla el bar dentro de las 10 casas que lo comprenden. Ahora cual de las 10 casas es? Un speack easy bar no tiene carteles ni señales a la vista, una llamada de celular de uno de Mar del Plata a uno de Moscú puede llegar a significar el fin de las vacaciones. Así que apelamos al método más usual y que nunca falla en estos casos: Ta-te-ti. Casi nunca falla, porque el lugar apareció tras
el 3 intento.
Una vez mas mi filosofía de “Billetera mata galán, pero coctelera mata billetera” fue puesta a prueba. Con apenas unos poco euro en el bolsillo, me encontraba en un lugar súper exclusivo de la elite Rusa y todo gracias a “Los Hermanos de Barra”, frase que utilizaba Den cada vez que le agradecía algo, como dando por echo que era una obligación de bartender anfitrión. Ридван Бавбеков a quien de ahora en más (por razones obvias) llamaremos “Big Cheff” es el cocinero de Secret. Una persona enorme, con cara de ruso malo, casi como Iván Drago de Rocky 4 pero morocho y un poco más gordo. Big no habla ni una palabra en ingles. Pueden creer que a pesar de la terrorífica presentación que les hice, Big es extremadamente bondadoso, con un corazón igual de grande que él. Lo conocí en San Petersburgo en un torneo que reunía a todos los barman de Rusia y el fue a acompañar a el staff de Secret.
Para que se una idea de lo que digo, terminado este torneo concurrimos todos a un restaurant de los que están abiertos hasta altas horas de la noche. Después de haber estado charlando con señas y con Den como traductor, pedimos la cuenta y cuando quise pagar, no solo que no me dejo, si no que se enojo por mi insistencia, a tal punto de lo que tuvieron que frenar para calmarlo. Den riéndose de la situación me explico que al ser su invitado estaba deshonrándolo frente a todos al querer pagar, daba a entender que ellos habían sido malos anfitriones si hacia esto. Lejos estaban de serlo. Volviendo al bar, Big me esperaba con un suculento sándwich, bien caliente para recomponerme del frio exterior.
Acompañando la comida nos sirvieron dos cocteles, para mí un aperitivo a base de Gin, pepino y romero; fresco y seco, riquísimo. Para Martin, un coctel sin alcohol (y bue), a base de jugo de arándanos servido en cristalería de café, por su servicio en caliente. Es muy común ver en cafeterías de Rusia este tipo de infusiones, junto con los tés y los cafés.
Antes de empezar la segunda ronda de tragos se hizo presente otra celebridad de la coctelería: Roman Milostivy (si, durante todo el viaje le gritaba con vos de relator cual fuese Araujo, ROMANNNN, ROMANNNN) quien sin basilar por un instante, se sumo a la dura tarea de degustar los cocteles por venir. Con unos cuantos encima ya era hora de ensuciar y salpicar desde el otro lado de la barra. Ayude a Den a preparar las comandas que iban llegando, mientras que mi representante (el Embajador) planeaba junto a Roman una exhibición de coctelería Argentina para el día siguiente en Bamboo bar. A diferencia de muchos bebedores, que en la barra arman mega eventos que jamás se realizan, estos dos no solo lo planearon si no que a los 15 minutos ya estaban publicándolo en facebook, con textos en ingles y ruso. Del texto en ruso lo único que entendí (y me costo) fue mi nombre.
Como era de esperar a la hora de pagar otra vez no nos lo permitieron, pero en esta oportunidad Den alego que ya había hablado con el dueño del bar sobre nuestra visita y el mismo dueño quería hacerse cargo de los gastos, luego de agradecerles a ambos trataba de imaginar que persona con algún bar en Argentina haría lo mismo…. creo que Pocos.
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