Desde hace 3 meses, el sueño del bar propio comenzó a ser un proyecto a concretarse en algunos días. En el lugar donde se está formando Rico Tiki Bar, anteriormente existía otro bar.
Como este lugar está situado en la zona de Alem, de Mar del Plata, donde hoy día no se emiten más habilitaciones para locales nocturnos, la única manera de poder trabajar en regla es comprando el fondo de comercio de otro establecimiento que ya cuente con la reglamentación
necesaria para el comercio. Esto mismo es lo que hicimos junto a mis socios. Días después la obra de remodelación del lugar comenzó. Optando por lo más lógico: “Tiremos todo y arranquemos de cero”, herramienta de precisión en mano (Una bella maceta) y a demoler. Cuando digo todo es todo, incluyendo la barra que existía anteriormente. A primera vista era un barra horrenda, una tabla de fibrofacil (sobrantes de madera encolados y prensados, cartón duro va) pintada de gris con aerosol. Cuando demolimos la estructura y sacamos la tapa, vimos que la barra escondía un secreto. En el pasado esta barra supo ser la más bella de Alem, bajo esta tapa de fibro feo, habia un bruto tablón de madera de 3 pulgadas (muy gruesa) hachada a mano. La barra que nos disponíamos a desarrollar en el bar nuevo mide 9 metros, 4mts mas de los que la barra anterior tenia, así que al no poder reciclarla utilizamos algunos tramos para hacerlos mesadas y estantes del fondo de barra.
Esta semana entrando en la recta final a la apertura pedimos un volquete para poder despejar el salón descartando todos los sobrantes de obra. De esta tarea se encargó mi socio Choco, quien si no lo paras te tira hasta la remeras que tenes puesta si la ve con un agujerito. Mientras tanto yo desarrollaba alguna otra tarea y no preste atención a que tiraba y que no, esos momentos donde hay que desprenderse de cosas que algún día podrían llegar a servir me ponen mal. Luego de agotar las energías trabajando, cerramos el bar y cada uno se sube a su auto y se va, excepto yo. Cuando estaba por arrancar e irme vi que en una de las puntas del volquete se asomaba un pedazo de madera preciosa: Era 1 metro del tablón hachado anterior!! No podía dejar que una barra donde alguna vez supo dar descanso a un codo cansado, o apoyar a dos completos extraños donde una noche salieron bajo el rotulo de amantes, donde algún cocktail espero a que sorbo a sorbo su magia se deleitara, hoy este junto a escombros y mugre. De ninguna manera y bajo ningún punto de vistas podía permitir semejante atrocidad!!!!!! Baje corriendo del auto y rescate al tablón, lo limpie un poco con la mano y lo subí en el asiento de adelante, de acompañante. Pensé que ya que era la primera vez que salía del bar después de más de 20 años, era un buen momento como para dar una vuelta por la costa y que vea el mar, mientras yo le hablaba sobre algunas colegas suyas que había conocido, cuáles eran las que más me gustaban y cual tenía que ser la medida ideal de una (De verdad lo hice e!). Llegamos a casa y tras pasar un exhaustivo control de aceptación de mi perro, el tablón pasó a mi cuarto, donde está esperando a que decida cuál es el mejor destino que le pueda encontrar. No es fácil decidir el retiro de un ex tablón que en sus épocas doradas de café bar supo lucir su brillo, para que años más tarde bajo la moda de los bares discos taparan su encanto con un montón de aserrín prensado. Lo bueno es que volvió a depositar toda su devoción y fe en las manos de un cantinero, como lo hizo toda su vida.