¿Alguna vez te pusiste a pensar a quien hay que agradecerle la invención de nuestras tan amadas bebidas? Bueno ese es alguien es nuestro queridísimo Dios Baco.
Pero cuando es grande la limosna hasta el santo desconfía. Baco al encontrar el tallo de una vid (uva) indefensa decidió criarla dentro de los huesos de los animales, comenzando por el de un pájaro, que a medida que fue ganando tamaño lo transplanto al de un león, pero cuando ya no cabía mas en el interior del rey de la selva lo paso al hueso de un asno, de mayor tamaño. Es por esta razón que por la genética que hereda la planta uno al beberlo con moderación se encontrara alegre y fuerte, como un pájaro y como un león, respectivamente. Pero en caso de superar ciertas cantidades el bebedor se volverá tonto como un asno.
Si la hubieses pasado a un elefante…
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